Friday, September 09, 2005

CARTA A LOS (AD) EFESIOS Primera Parte


Una noche de domingo, día en el que abandono mi rol mesiánico y disfruto de la noche pagana, me encontré con el celebre cantautor tropical "El Cubano de América". Viejo trillador de la plena y el casín, el Cubano siempre frecuentaba el mismo boliche que yo.
En realidad yo no loconocía. Supe quien era él realmente una tarde, mientras veía un programa del canal estatal uruguayo dedicado a la cumbia vintage. Allí reconocí que aquel fantástico bailarín de zapatos de charol que nos deslumbraba a todos en el Palacio del Ritmo era, en realidad, un afamado artista.

Recuerdo observar la pantalla con devoción y sentir repentinamente como mi vista le daba paso a mis oídos como diciéndole: "Mira que acá la verdad está en las letras". Mis oídos, que poco pueden ver, se pusieron a escuchar. Rápidamente dejé de prestarle atención a sus implacables pasos para tomar nota de la poesía baqueana del Cubano.

Quedé tan deslumbrado con la letra de aquella canción que estuve toda la semana deseando que llegrara el domingo para cruzarme nuevamente con su autor. Quería felicitarlo y agradecerle, pero también interpelarlo y cuestionarlo pués, en aquella canción habían grandes verdades pero también groseras falsedades.

El domingo llegó, olvidándose el sol. Y en el rancho el Macario retumba y retumba, guitarra y cantor.
El domingo llegó y la noche llegó y llegó el momento de intercambiar más de una palabra con el; con "El Cubano de América".